¿Es el Yoga un Deporte?

Evidentemente NO. Aunque esto se debe explicar.

El Yoga puede explicarse como un sistema multidisciplinar cuyo objetivo principal se centra en la experiencia que transcurre en el plano mental hasta el deshacimiento de los bloqueos y condicionantes que impiden la total realización del Ser.

Una de las características de la experiencia yóguica es  que se situa en un plano en el que las palabras no sirven de nada. Sin embargo en algunos estadios o aspectos del trabajo yóguico el uso de la palabra es necesario como elemento en el que fluye el aprendizaje, la comunicación y el razonamiento.

Y "deporte" no es más que una palabra que necesitamos para "etiquetar" algo como "deporte" o como "no deporte".  El Yoga en esencia es indefinible.

El diccionario de la real academia española considera actualmente deporte a: 

1. m. Actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas.  o  2. m. Recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico, por lo común al aire libre.

La práctica del yoga puede involucrar ejercicio físico (o puede no involucrarlo). Es importante para ser coherente, no caer en la trampa de considerar al yoga un ejercicio físico. Aunque pueda englobar éste, el Yoga alcanza muchas más facetas del estudio, aprendizaje y actividad humanas.

Recientemente la normativa jurídica del Estado Español ha considerado el Yoga una actividad física, pero quienes enseñamos yoga no debemos caer en la trampa de dar validez y autoridad a un norma ajena al Yoga ( y la norma jurídica lo es).  Por tanto y sin perjuicio de ser consecuente en nuestro devenir cotidiano, con las normas que rigen las comunidades en que habitamos, tenemos la obligación ética de explicar a nuestros alumnos las cosas como son y no  como se pretenden que sean.

En este sentido, y para resumir, la norma jurídica no tiene ninguna autoridad frente a las enseñanzas que se han recibido  en el Yoga de nuestros maestros y antecesores y frente a la experiencia interna que, en consecuencia, nos guía

Sat Nam

Parmatma